Capítulo 4
¿Qué?
Debería de ser muy fácil responder a preguntas simples del estilo como: ¿Qué quieres hacer? ¿A qué te vas dedicar? Pero cuando convertimos esta pregunta en una propuesta de valor el tema se nos complica exageradamente. En cambio, nos encontramos ante una pregunta crucial de cara al futuro de nuestro proyecto.
Cualquiera puede tener idea de montar un comercio textil, por ejemplo. Pero, tal vez, sea más ajustado decir que se prefiere dedicar a la moda íntima. Claro que, si bien es cierto que en el primer caso hay mucha competencia, en el segundo ciertamente hay un poco menos, así y todo, mucha todavía y las barreras levantadas por la competencia para crear una propuesta de valor altamente efectiva son muy altas. No obstante, alguien pensó que sería indicado dedicar una cadena de tiendas –Happy Socks[1]-, exclusivamente, a la venta de calcetines en la que se pudiera encontrar todo tipo, clase y colores de estas prendas tan útiles y necesarias.
Pero, como la innovación es constante, al poco tiempo hubo un grupo de jóvenes españoles que optaron por venderlos a través de internet pudiendo seleccionar sus colores, formas y diseños, así nació sockaholic[2], con una propuesta nacida de una necesidad, como ellos mismo explican en su Blog, pero aportando valor:
Siempre hemos sido unos geeks [3] de Internet. No se nos olvidan las broncas de nuestros padres cuando llegaban las facturas de teléfono en aquellos tiempos de módems de 56K. Con la edad empezamos a aventurarnos en las compras online, desde Amazon (de los que somos compradores compulsivos) hasta la entonces no tan famosa Threadless.
Todo esto nos empujó a plantearnos la posibilidad de montar algo nosotros mismos. Lo primero que nos vino a la cabeza fue montar una tienda de camisetas, pero nos dimos cuenta de que ya había gente que se dedicaba a ello, y que además lo hacía muy bien. Si queríamos montar algo, tenía que ser nuevo y diferente, y además teníamos que ser buenos haciéndolo.
Después de unos cuantos meses de brainstorming (o a ver quién suelta la burrada más grande) empezamos a considerar la idea de los calcetines. Al principio nos pareció una locura, pero según lo fuimos pensando, cada vez nos gustaba más.
Producir calcetines con diseños propios era algo que nos veíamos capaces de hacer y además tenía la ventaja de poderse enviar fácilmente. Todos tenemos dudas a la hora de elegir la talla para comprar unos pantalones o una camiseta online; eso no pasa con unos calcetines.
Pero no quedó todo ahí. Se sigue aportando valor a la distribución de los calcetines desde todos los rincones, y a las diferentes propuestas de comercialización ONLINE se le van sumando variables que hasta permiten incluir tus propios diseños. En definitiva, innovación por la excelencia que subyace detrás de cualquier proyecto que se precie de incluir una propuesta de valor, así mismo, innovadora.
Éste último párrafo puede parecer muy barroco, pese a que estamos hablando de un tema tan novedoso como actual, debido a su composición pero es necesario entender que cualquier propuesta de valor innovadora debe de ir precedida, inexorablemente, de una logística innovadora y sobre todo excelente o, de lo contrario, corremos el riesgo de morir de éxito.
Es necesario entender que cualquier propuesta de valor innovadora debe de ir precedida, inexorablemente, de una logística innovadora y sobre todo excelente o, de lo contrario, corremos el riesgo de morir de éxito.
Dicho lo cual, definir el Qué es algo más que importante, es el Todo que va a configurar nuestro emprendimiento, es la esencia, algo así como la fórmula de la Coca-Cola. Muchas bebidas podrán ser de cola, saber a cola y hasta tener burbujas, pero sólo una contiene la fórmula original y la segunda del mercado es más dulce, o eso dicen.
Qué, es el Todo de tu fórmula
(Mejor dicho, debería pregunta ¿Cuál? pero se entiende perfectamente)
[1] Mas de seis mil tiendas repartidas por el mundo. http://www.happysocks.com
[3] Fascinados por las nuevas tecnologías y por la informática
antoniopascual 