¿Contratando por criterios personales o machismo en estado puro?


¿Cuándo el hombre será capaz de actuar exclusivamente por criterios profesionales?

 

La serie House es, como siempre, una fuente continua de situaciones demostrativas de lo que sucede en el mundo empresarial en general. Hoy he traído un ejemplo más de los muchos con los que nos encontramos, en este caso a la hora de contratar al personal. Una clara y específica demostración del machismo que envuelve nuestra sociedad e hipoteca el buen criterio a la hora de seleccionar a los colaboradores en nuestras organizaciones. Habrán muchos a los que este comentario les resulte redundante e, incluso, algo que ya empieza a estar superado; los que piensen así se equivocan por completo, sobre todo en el ámbito empresarial.

Motivaciones subjetivas y  no profesionales interfieren en el buen juicio de los que deciden a quién deben incorporar en el equipo de trabajo obviando, en muchos casos, las consecuencias que ello pueda conllevar de cara a alcanzar los objetivos previstos. Yo sé, soy consciente, de que ninguno de los que vean este montaje creerán ser uno de ellos, probablemente si se trata de mujeres sea así, pero, en el caso de los hombres, créanme si les digo que en más de una ocasión se ven situaciones muy parecidas cuando no peores, sino en las formas, sí en el fondo, sin descartar las formas tampoco tampoco del todo.

Tal vez resulte algo exagerado en la manera que se presenta, casi una caricatura de la realidad, pero nuestras actuaciones y decisiones adoptan diferentes formas a cual más extraña. En el capítulo del que hemos extraído el ejemplo, el séptimo de la cuarta temporada de House, un auténtico regalo todo él por lo mucho que podemos llegar a encontrar en cuanto a comportamientos habituales poco deseables o viciados, se está tratando el caso de una deformidad craneal en un muchacho joven. A mayor abundamiento de la caricaturización de las escenas, una televisión ha sido autorizada a grabar un caso a resolver por el equipo del hipotético Dr. House en el Hospital  Princeton-Plainsboro, esto complicará aún más las decisiones ya que podría llegar a mediatizar y cohibir el trabajo y las decisiones de todo el equipo

Como algunos habituales de la serie recordarán, en esa temporada, la cuarta, el Dr. House cuenta con un grupo de aspirantes a formar su equipo que compiten por obtener las tres únicas plazas que al final van a quedar libres. House, decide, tras una experiencia en capítulo anterior colaborando con la CIA, traerse consigo para ocupar una de esas tres plazas a la doctora que colabora con la Agencia de Inteligencia, la bella doctora Terzy quien, atraída por una oferta de trabajo al lado del inteligente doctor le lleva a dejar la CIA y su espacio de confort.

En la práctica, House, acaba comprendiendo que no fue la decisión más acertada y acaba llegando a la conclusión de que no se rigió por motivos estrictamente profesionales, sino que, tal vez, se dejó llevar por otras cuestiones más personales, algo que su amigo el doctor James Wilson, le hace finalmente aceptar. Como la sutileza no forma parte de sus habilidades y precisa, por otra parte, demostrar su ecuanimidad aceptando su error públicamente, allí donde lo había cometido, despide a la doctora de una forma poco recomendable. Desde luego, en España, no lo propondríamos ni por los sindicatos, ni desde el punto de vista personal y humano pero, afortunadamente, se trata de una ficción. En USA todo funciona de una manera diferente.

Cuan bueno sería que los candidatos a cualquier puesto no fueran elegidos teniendo en cuenta criterios estéticos y sí, exclusivamente, de idoneidad profesional

Cuan bueno sería, para los resultados de las compañías, que los candidatos a cualquier puesto no fueran elegidos teniendo en cuenta criterios estéticos y sí, exclusivamente, de idoneidad profesional, con nuestros errores, que duda cabe, pero estrictamente profesionales. Se ha llegado a proponer, en España, y así se hace en algunas selecciones, que los candidatos no aporten su fotografía, algo que fue objeto de interesante debate. El simple hecho de proponerlo indica, y deja bien a las claras, que se sigue contratando por estética, algo que no favorece en absoluto a las mujeres profesionales, sobre todo. Es más, resulta una indecencia que siga sucediendo, pero es exactamente lo que estamos denunciando. También son motivo de denuncia las escenas que se viven dentro de las organizaciones modernas en las que se dan comentarios machistas como los muchos que veremos entre House y su amigo Wilson, algo que ya algunos comenzábamos a creer superado pero que simplemente es que, ahora, los integrantes del sexo masculino se toman más precauciones y no lo vienen haciendo tanto en público, como en el vídeo, pero que sigue subyaciendo y formando parte de una sociedad absolutamente machista.

Como prueba inefable de lo que se expone tanto en el vídeo como de mi personal interés en denunciar estas circunstancias, el siguiente informe recogido en el Blog de Business Insider  en 2018 y que, por tratarse de un análisis de tendencias y ser el último del que tenemos datos, mantiene todo su vigor en la actualidad.

La brecha salarial

Entre mujeres y hombres en España es de un 14% por hora, ellas siguen siendo mayoría en los sectores peor remunerados y en los rangos más bajos de sueldos de las empresas. Además, existe una mayor presencia de mujeres entre los trabajadores a tiempo parcial y ellas cobran menos complementos salariales.

(Nota de la redacción de este Blog: «Esta brecha crece hasta el 21,9% si se mide el salario medio bruto» a fecha de 2020 según fuente del diario El Economista )

El techo de cristal

Las mujeres representan el 27% de los altos cargos de las empresas españolas, según un informe (Business Insider) sobre mujeres en entornos empresariales de la consultora Grant Thornton realizado en 2018. Y no parece que la situación vaya a mejorar en un futuro inminente: los puestos ocupados por mujeres en los consejos de administración de las empresas del Ibex han aumentado solo un 1,1% en 2017, pese a su gran subida en 2016 de un 14%, como apunta un estudio de Atrevia y la escuela de negocios IESE. La empresa del Ibex 35 que que tiene el mayor número de mujeres en el consejo de administración tan sólo tiene a 6 y sólo dos empresas alcanzan esta cifra.

El acoso sexual

Las propuestas sexuales, los tocamientos indeseados, los chantajes y comportamientos similares, cuando tienen lugar en el entorno laboral, representan la muestra más extrema de machismo en el trabajo y suelen zanjarse con la salida de la víctima de la empresa. En 2017, se interpusieron 101 denuncias en toda España por este motivo, menos que los dos años anteriores (en torno a las 140), según los datos recopilados por el diario El Salto, que el medio atribuye a la precarización del trabajo y al mayor miedo a denunciar.

La falta de conciliación

«El modelo de empresa es masculino y el modelo de trabajador de empresa es un hombre que no tiene responsabilidades familiares, o, si las tiene, las deja a la entrada de la oficina», apunta Cecilia Castaño, profesora de género y economía en el Máster de Estudios de Género de la Universidad Complutense.

«Esto se refleja en los horarios», subraya, «no solo son muy largos, sino que se considera buen trabajador al que siempre está presente, y se valora mucho tener al trabajador allí». Y este modelo que favorece el presentismo perjudica profesionalmente sobre todo a las mujeres, que aún son quienes más tienden a ocuparse de las tareas familiares. Actualmente apenas un 2% de las parejas comparten la parte transferible del permiso, según datos del antiguo Ministerio de Empleo y Seguridad Social, y según datos del INE, las madres trabajadoras dedican 37,5 horas semanales al cuidado del hogar (trabajo no remunerado), mientras que los padres dedican 20,8 horas de media.

La discriminación en las entrevistas de trabajo

Cuanto más transparente es el proceso de selección, más mujeres son contratadas. «Este es uno de los motivos por los que las mujeres llegan en mayor medida al sector público», indica la catedrática de la Universidad de las Islas Baleares de Psicología Social de Género Victoria Ferrer, «ya que los procesos de selección son más transparentes y en ellos los estereotipos juegan menos a la contra».

En algunas entrevistas de trabajo sigue preguntándose a las mujeres en edad fértil si piensan quedarse embarazadas y también por su situación sentimental, aunque parezca un cliché y sea difícil encontrar datos al respecto. Para evitar estos sesgos, la Secretaría de Estado de Servicios Sociales e Igualdad creó la iniciativa Currículo vitae anónimo, que anima a las empresas a valorar de forma anónima la experiencia de los candidatos en la selección de personal.

Ellas se ocupan de las tareas menores que no están relacionadas directamente con el trabajo

Las mujeres suelen asumir ciertas tareas que no están estrictamente relacionadas con su puesto de trabajo, pero que los hombres rechazan. Y esa decisión suele perjudicarlas a nivel profesional.

Es lo que se corrobora en el estudio Nice girls don’t ask (Las chicas buenas no piden más) de 2003, que reveló cómo ellas son quienes suelen dedicarse al «trabajo sucio» dentro del trabajo. Hay que reponer la cafetera si se rompe, organizar la cena de Navidad, comprar el regalo de despedida del próximo jubilado… Son tareas poco agradecidas de las que acaban encargándose, mayoritariamente, las mujeres de la oficina… y, mientras lo hacen, no están dedicándose a otras que sí podrían suponer un impulso profesional en su carrera. ¿Por qué? Aparentemente, las mujeres se sienten más presionadas a aceptar este tipo de peticiones, se les pide más veces y también se ofrecen más veces voluntariamente, lo que puede contribuir a perpetuar ciertos roles en las empresas, según la investigación Diferencias de género en la aceptación y petición de tareas de baja posibilidad de promoción de 2017 publicada por la American Economic Review

La segregación horizontal

Trabajos para hombres y trabajos para mujeres. Ciertas profesiones siguen siendo mayoritariamente desempeñadas por hombres y otras por mujeres, lo que afecta a sus salarios (ellas suelen dedicarse a profesiones peor remuneradas), a sus pensiones y a la concepción de su talento. Es la llamada segregación horizontal.

El lenguaje

Limita y define ciertas profesiones como exclusivas para cada género. Si, desde la infancia, las personas aprendemos expresiones que definen ciertas profesiones como exclusivas para cierto género, terminamos construyendo una sociedad en la que los bomberos son hombres y las enfermeras, mujeres. En este sentido, el ejemplo más evidente es la inexistencia o no uso del femenino para describir profesiones tradicionalmente ejercidas por hombres.

El afterwork

Los círculos masculinos, donde se hace negocio. «Las decisiones se toman en las comidas y cenas de trabajo, y esto, algo aparentemente inocuo, no lo es», afirman. Si los círculos de poder de las empresas son masculinos, y se afianzan en eventos fuera del horario laboral a los que acuden menos las mujeres, esa cuasi exclusividad masculina se reproduce.

(Nota de la redacción de este Blog: El hecho de por qué las mujeres acuden menos a los afterwork se debe a muchos motivos que tienen que ver con el propio machismo discriminatorio, desde el hecho de que son objeto de acoso fuera del centro de trabajo, hasta que está mal visto por sus propias parejas, como por el hecho de que en el hogar se ocupan de labores familiares y no se pueden permitir alargar más el horario profesional… una pescadilla que se muerde la cola)

Micromachismos

Las prácticas micro machistas son aquellas que colocan a la mujer en el estereotipo femenino tradicional y eso puede tener a medio y largo plazo consecuencias para el desarrollo de tu carrera profesional, algo que las empresas deberían tener más en cuenta. Existen actitudes interiorizadas en las mentes de las personas que son vividas y disfrazadas como culturales e innatas y que en realidad son actitudes machistas aprendidas y que acaban traduciéndose en comentarios sexistas.

En bastantes empresas suelen tener lugar actitudes que se pasan por alto como comentarios despectivos o comportamientos sexistas, como pueden ser chistes denigrantes para las mujeres, lenguaje ofensivo, críticas hacia el físico y aspecto de las mujeres (por exceso o por defecto), miradas y silbidos cuando una mujer pasa por una zona de trabajo donde predominan los varones, etc.».

Acepto todo tipo de críticas al vídeo, a mi interpretación de lo que en él aparece, a mí mismo… todo es bienvenido. Y, cómo no, aportaciones interesantes que enriquezcan lo que presentamos.

(Artículo publicado en Junio de 2012 y actualizado con datos e informes a fecha 20 de Febrero de 2021)

3 comentarios en “¿Contratando por criterios personales o machismo en estado puro?

  1. Pues visto, o mejor dicho, rememorado el séptimo capítulo, veo que pese a ser una ficción, en muchos casos la realidad la supera. No me refiero al método de despido, sino al de la contratación. En muchos casos se prejuzga, como dice house al final del mismo, y el error hay que enmendarlo. En la vida real también existen más factores que influyen en éstas decisiones, como los llamados «enchufes». Y una vez contratadas estas personas , pueden llegar al ser una lacra capaz de hundir una pequeña empresa. No a nivel individual, faltaría más, sino formando un grupo o clan, con un objetivo común, que en la mayoría de casos no se trata de hundir la empresa, si no de acabar con un supuesto rival o con un jefe. Por suerte el dr. House no forma parte de una junta, por llamarlo así y corta el problema antes de que se extienda. En cuanto a las formas del despido, las he presenciado peores, lamentablemente, y sin opiniones a cita.
    Un abrazo y sigue así, que aprendo muchísimo.

    1. Gracias por tus comentarios. Celebro que te satisfagan algunas de nuestras aventuradas aseveraciones pero, la verdad, es que en House hay mucho más de real de lo que parece aunque viéndolo ahí, nos suene a música celestial. Pocos enchufados creo que le llegaran a enchufar a un tipo como el caracterizado en la serie -tampoco descartable- pero también iba a durar muy poco alguien que fuera de cara como va él. Ni que salvara todas las vidas inimaginables. La sociedad es completamente hipócrita y eso no lo van a cambiar ni cinco siglos más.

      Fuerte abrazo

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