Aunque las empresas están gastando miles de millones de dólares anualmente en el desarrollo del liderazgo y la gestión del talento, sorprendentemente pocos están viendo resultados significativos.
Esta afirmación no es gratuita y la podemos encontrar en las páginas de la web de Boston Consulting Group (BCG), una, si no la más, prestigiosa consultora internacional. La pregunta puñetera es ¿Por qué las empresas, a pesar de estarse gastando miles de millones de dólares anualmente en el desarrollo del liderazgo y la gestión del talento, no están viendo resultados significativos?¿Dónde radica el origen del problema?
Desde mi perspectiva, que no trata de pontificar en absoluto y que sólo recoge el parecer de las experiencias, bastante, muchas diría, vividas en primera personas, como gerente, como consultor y como formador, el problema radica, de entrada y no limitativo para nada, sólo indicativo, reside en la falta de humildad de los dirigentes que se sientan en la cúspide de la dichosa pirámide mal dibujada. Me explico.
En todas las acciones a las que venimos asistiendo y colaborando, los participantes vienen a recibir una información que luego no les va a ser posible aplicar. Unos, porque no creen en el cambio, son fundamentalmente cerriles (RAE adj. Dicho de una persona: Que se obstina en una actitud o parecer, sin admitir trato ni razonamiento) en su concepción empresarial y se aferran a un clasicismo que les asegura una zona de confort conocida que les permitirá mantenerse el máximo de tiempo posible; y otros porque saben y conocen el proceder de sus superiores, igualmente cerriles que los anteriores mencionados. Y no tratan estas líneas de resultar ofensivas con este término muchas veces utilizado de manera despectiva, antes al contrario descriptivas con la esencia de un comportamiento muy extendido, como podemos ver no sólo en España y/o Latinoamérica.
¿Qué solución hay contra esto? No hay muchas pero son muy lógicas.
- Dejar de gastar dinero en el desarrollo del liderazgo y la gestión del talento
- Que parte del dinero que se vaya a invertir en el desarrollo del liderazgo, sea en los que se sientan en el vértice superior de la pirámide, con una actitud OPEN MIND, voluntaria o impuesta.
- Que se empiecen a implementar Programas de Cambio Efectivo (PCE’s) en las compañías y parte de la inversión prevista se derive hacia ellos en primer lugar, antes de querer abarcar programas de liderazgo, utilísimos y muy necesarios siempre y cuando luego puedan verse aplicados y el personal esté convencido y motivado de y por su uso.
A partir de aquí tal vez, y sólo tal vez, las empresas y organizaciones comiencen a confiar de nuevo en las capacitaciones de Liderazgo y en las de Gestión del Talento entre sus cuadros. Nosotros, en Genial Consulting Group (GCG), apostamos por ello.