Parábola del siervo sin entrañas (Mateo 18:23,35):
18:23 Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos.
18:24 Y comenzando a hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos
18:25 A éste, como no pudo pagar, ordenó su señor venderle, y a su mujer e hijos, y todo lo que tenía, para que se le pagase la deuda.
18:26 Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo.
18:27 El señor de aquel siervo, movido a misericordia, le soltó y le perdonó la deuda.
18:28 Pero saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos, que le debía cien denarios; y asiendo de él, le ahogaba, diciendo: Págame lo que me debes.
18:29 Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo.
18:30 Mas él no quiso, sino fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase la deuda.
18:31 Viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y fueron y refirieron a su señor todo lo que había pasado.
18:32 Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste.
18:33 ¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti?
18:34 Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía.
18:35 Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas.
Uno, que es aprendiz de casi todo y experto en nada, se pregunta cuando ve pasajes como estos en la Biblia, ricos por otra parte, sobre todo las parábolas de Jesús, en ejemplos llenos de actualidad, qué deben pensar muchos de esos católicos, apostólicos y romanos de los que se nutre la Iglesia Tradicional de Roma y que se amparan bajo su manto protector religioso-económico-espiritual, al leerlos, si es que lo hacen o lo han hecho en alguna ocasión después de la correspondiente catequesis pre comunional. Todos esos que siendo banqueros, empresarios, financieros… condenan a sus deudores a la ruina moral, económica y familiar mediante desahucios, demandas civiles, mercantiles, incluso, penales.
Lo de los desahucios, como podéis leer, ya estaba prejuzgado espiritualmente. Señores banqueros… Yo no sé si creen o si habrá un lugar en el que se les pueda llegar a juzgar por sus innumerables crímenes de lesa humanidad, pero en este mundo tendríamos que encontrar el valor de denunciarlos y de que fueran juzgados por el Tribunal de la Haya, pero temo que los juristas no compartirán mi punto de vista. Fíjense el significado de crímenes de lesa humanidad (Wikipedia), es sorprendente por lo menos:
«La definición de crimen contra la humanidad o crimen de lesa humanidad recogida en el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional comprende las conductas tipificadas como asesinato, exterminio, deportación o desplazamiento forzoso, encarcelación, tortura, violación, prostitución forzada, esterilización forzada, persecución por motivos políticos, religiosos, ideológicos, raciales, étnicos u otros definidos expresamente, desaparición forzada, secuestro o cualquier acto inhumano que cause graves sufrimientos o atente contra la salud mental o física de quien los sufre, siempre que dichas conductas se cometan como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque.»
Por si no les quedó bien claro lo de tortura (psicológica), el más claro es “cualquier acto inhumano que cause graves sufrimientos o atente contra la salud mental o física de quien los sufre, siempre que dichas conductas se cometan como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque.” ¿Acaso no es esto lo que está sufriendo buena parte de la población en nuestro país por parte de la banca y de los poderes financieros que dominan a España y a su Gobierno, maniatado y esclavo de sus deudas y servilismos?
Vamos a llamar a las cosas por su nombre
“18:33 ¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti?»
(Aclaro que, de todo ésto, no considero responsable ni a la Iglesia ni a sus ministros, pero la mayoría de los señalados se amparan bajo la hipocresía de la que ya advertía el mismo San Mateo: «Y cuando oréis, no seías como los hipócritas, que gustan de orar en las sinagogas y en las esquinas de las plazas bien plantados para ser vistos de los hombres»)
Estupendo artículo Antonio, permíteme felicitarte y suscribirlo totalmente, admiro tu valentía. Creo que cualquier persona con un mínimo de dignidad y respeto por la humanidad debería suscribirlo y hacer eco de tus palabras y llamar a las cosas por su nombre; en este caso «crímenes de lesa humanidad». Eso es exactamente lo que están cometiendo los que ostentan el poder político y económico, usando el poder judicial como instrumento para legalizar estos crímenes contra el pueblo. Ya es tiempo de plantarles cara a los banqueros y políticos hipócritas que lo único que les interesa es seguir manteniendo este sistema corrupto e injusto donde las desigualdades se van haciendo cada ves mayores y el sufrimiento de los pobres se acrecienta día a día mientras que ellos se llenan los bolsillos. Gracias por escribir siempre cosas tan interesantes y útiles que nos ayudan a ser mejores personas. Un abrazo.
Brillante artículo Pascual que comparto desde ya con mi red de contactos