Si non è vero è ben trovato


Si no es verdad… debería de serlo

Hay historias en Internet que si no son verdad, deberían de serlo y, en cualquier caso, están muy bien compuestas. Esta que voy a recordarles a continuación, pertenece al grupo de las excepcionales por cuanto encierra enseñanzas y valores a partes iguales. Cada cual que extraiga sus propias conclusiones, aplicándola al mundo empresarial.

«Su apellido era Fleming, un infortunado agricultor inglés. Un día, mientras trataba de ganarse la vida para su familia, escuchó a alguien pidiendo ayuda desde un pantano cercano. De inmediato soltó las herramientas y corrió hacia allá.

Enterrado hasta la cintura en el lodo negro estaba un niño aterrorizado, gritando y luchando por salir de aquella trampa mortal. El agricultor lo salvó de una muerte segura y terrible.

Al día siguiente llegó a la pobre choza del campesino un lujosos carruaje con el padre del niño. Era un noble que, agradecido, le dijo: -Usted salvó la vida de mi hijo y quiero compensarlo.  -No, no puedo aceptar ninguna recompensa por lo que hice.

En ese momento, salió por la puerta de la choza un niño.

-¿Es este su hijo?

-Sí, respondió el campesino con orgullo.

-Le voy a proponer un trato: déjeme llevar a su hijo y darle una buena educación. Si es parecido a su padre, crecerá hasta convertirse en un hombre del cual se sentirá orgulloso.

El campesino Fleming aceptó.

Con el paso del tiempo, el hijo del campesino se graduó en la Escuela de Medicina del St. Mary’s Hospital en Londres y se convirtió en un científico conocido en todo el mundo: Alexander Fleming, el descubridor de la penicilina.

Pocos años después. un hijo de aquel noble inglés enfermó gravemente de pulmonía. Paradójicamente, fue salvado de la muerte gracias a la penicilina.

Winston, el superviviente, era hijo del noble Randolph Churchill, aquel aristócrata que había llegado en el carruaje a proponer un trato para la educación de Sir Alexander.»

Hacer lo correcto en esta vida siempre es ‘rentable’. Muchos pensarán que no siempre es así y tienen razón, pero, si nos fijamos con atención, lo que se hace bien nos acaba siendo reconocido a nivel personal; muchas veces los reconocimientos llegan a otras personas muy directamente relacionadas y nos acabamos reconfortando de las maneras más inverosímiles como en la historia anterior. Y, si se trata de organizaciones, la agnición se alcanza en forma de refuerzo de la imagen institucional, de las ventas, de los deseos de trabajar en ellas, de ser sus proveedores, etcétera.

Mi conclusión, es muy clara: hay que hacer las cosas de manera Excelente, hacer siempre lo correcto y tener muy en cuenta la virtud moral dentro de cada uno de nosotros, líderes y colaboradores; procurando que nuestros líderes y sus patrocinadores (inversores) sean capaces de generar los espacios necesarios para el desarrollo de las habilidades morales precisas.

Hay que hacer las cosas de manera Excelente, hacer siempre lo correcto y tener muy en cuenta la virtud moral dentro de cada uno de nosotros, líderes y colaboradores

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