Confianza, esperanza, optimismo, capacidad de recuperación, ilusiones, fortaleza personal… forman parte de nuestro capital ideológico que se acaba plasmando a través de nuestra ACTITUD que se acaba convirtiendo en el vehículo de nuestra comunicación, en este caso, actitudinal. El Capital Intelectual, como siempre, los conocimientos, las experiencias, conforman nuestra APTITUD. Siempre la misma dicotomía bicéfala a la hora de plantear una selección de colaboradores
¿Cómo lo prefieres: con actitud comprometida o con aptitud útil?
Como si se tratara de dos opciones incompatibles ¡Pues no! Lo quiero, me gustaría trabajar codo con codo, con alguien que disponga de una ACTITUD ABSOLUTAMENTE COMPROMETIDA y que, a la vez, disponga de una APTITUD COMPLETAMENTE ÚTIL a la organización. Así, sin medias tintas.
Cierto es que cuando la APTITUD pasa apuros, la ACTITUD tiende a levantar puentes para vadear los inconvenientes que se nos presentan, pero no menos cierto es que una ACTITUD plena no me sirve de nada si no viene acompañada de una experiencia, un conocimiento…