Para los que no le recuerden existió un Castelao, político español insigne y de reconocido prestigio, coruñés él y considerado uno de los padres del nacionalismo gallego. También escritor y agudo caricaturista, además de médico de formación.
Una frase suya caracteriza su sabiduría y su agudeza mental: ‘Me hice médico por amor a mi padre, no ejerzo la profesión por amor a la humanidad’
Créanme si les digo que, ahora mismo, desconozco completamente la relación o el parentesco que pueda existir entre D. Alfonso Rodríguez Castelao, de quien acabo de hacer la introducción, y el recién y fulminantemente dimitido presidente del Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior, José Manuel Castelao Bragaña –ya sin el Don porque eso hay que merecérselo-, pero me da lo mismo. Alguien de su posición que se atreve a decir en su primera reunión del consejo, dos días después de su designación, que ‘las leyes son como las mujeres, están para violarlas’ es que un descerebrado o tonto integral. No hay más.
Sé que es muy fácil ahora apuntarse al carro de las críticas y la dilapidación pública, pero hay cosas que no dejan de sorprendernos por más que avanzamos. Seguramente no pretendía José Manuel Castelao (sin el Don) dar la dimensión que le dio a sus palabras y también, seguramente, será un acérrimo defensor de las mujeres, pero hay cosas que no se pueden decir ni en broma, ni entre amigos. Son simplemente intolerables.
Por amor a la humanidad, como dijera el otro, este sí insigne personaje, Castelao no vuelva usted a ejercer nunca más un puesto en la política de España. Vamos sobrados de individuos como usted y así nos luce el pelo.
algunos dicen que el pueblo merece los dirigentes que tiene. Siempre que el pueblo no pase de simplemente publicar lo que hacen sus dirigentes.