Sea honrado consigo mismo y con los demás
Para centrar el tema, apuntar al respecto del vocablo castellano ‘Honradez‘ que comúnmente es confundido con la Honestidad, a causa, en parte, de que en la lengua anglosajona ambos conceptos se resumen en una sola expresión: Honesty, que al traducirse al castellano acaba convirtiéndose en los que los propios ingleses reconocen como un falso amigo, porque su traducción a nuestra lengua es bastante dudosa.
En la lengua castellana, la diferencia es muy clara: La honestidad se relaciona con la decencia y el decoro, en cuanto a la honradez va más en la línea de la integridad y de la justicia. O como dijo, según parece, un periodista castizo: “En español, lo honrado se aplica de cintura para arriba, y lo honesto, de cintura para abajo” Este post, va de cintura para arriba, pese a que la imagen de la portada pueda llevarnos a algún equívoco.
Hablar de honradez, en nuestros tiempos, es sinónimo de rectitud en situaciones que implican movimientos económicos continuos. Por una parte, es una cualidad absolutamente indispensable para alguien que refleje la contabilidad de una empresa, los que trabajen en bolsa o para aquellos que se sitúan detrás de una caja donde se da mayor tráfico de efectivo pero, de otra, parece más circunstancial para un técnico de mantenimiento o para un ingeniero informático y no digamos ya para alguien que haya decidido vivir de la política. Se trata de un error de percepción que cometemos a menudo y que es difícil de detectar en alguien que no haya sido acusado, y demostrado, de falta de honradez, lo que sólo se da por lo general en el primer caso. Muchos son los acusados y pocas las pruebas que, mayormente, son muy discutibles y difíciles de determinar con exactitud.
Hablamos de falta de honradez cuando alguien atenta contra la confianza que hemos depositado en él y ha resultado sancionado por este motivo. No es algo común ni públicamente conocido de forma que, antes de contratar a alguien, podamos comprobarlo y eso permite la reiteración del hecho a cargo de la misma persona por más veces contra distintas compañías.
La honradez personal se esconde detrás de cada una de las actuaciones que realizamos a diario.
En muchas ocasiones, sustituimos la honradez por el abuso de confianza sin ser conscientes de que ambas se solapan a menudo. La honradez personal se esconde detrás de cada una de las actuaciones que realizamos a diario. Se debe ser honrado, sobre todo, con uno mismo. Por eso mismo, todo esto va mucho más allá de una relación con el dinero ajeno; ser honrados nos reviste de una fortaleza personal que se refleja en la seguridad con la que podemos abordar la mayoría de las situaciones personales, sociales y profesionales a las que nos vayamos a enfrentar. Podemos y debemos ser honrados cuando hablamos con un compañero, rectificamos a un subordinado, desarrollamos un proyecto y en cualquier tesitura profesional o de nuestra vida cotidiana; también dentro de nuestro entorno familiar dando la respuesta que se espera de nosotros en cada momento, aportando, colaborando, atendiendo, corrigiendo y motivando; en nuestro ámbito social, con nuestros amigos, nuestros vecinos, la comunidad en la que vivimos, con nuestra ciudad, cumpliendo y observando las normas sociales que nos permitan una convivencia cívica y, en consecuencia, nos deje disfrutar de una vida más fácil y cómoda.
Se debe ser honrado, sobre todo, con uno mismo.
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Hola Pascual y amistades del blog,
Pienso también que hoy en día es muy importante ser honrado sobre todo con uno mismo, como muy bien diices, porque eso lo transmitimos y se coge confianza con lis demás y con nosotros mismos. Adelante!! Viva los valores humanos!!! Gracias.
Saludos y suerte
Gracias a ti por tu aportación