Gestionar personalidades difíciles con asertividad
Muchas pueden ser las lecturas que se le den al vídeo que podrán visualizar al final de este escrito. Mientras unos acaben concluyendo que el estilo destilado por House refuerza su postura de personaje prepotente e insufrible; otros verán en él una gestión perfectamente ejecutada por la doctora Cuddy, su superiora, que combina sus armas de mujer y su estrategia de gestión para alcanzar los resultados que quiere obtener; otros interpretarán que se trata de un mero ejemplo de negociación; algunos, tal vez, intuyan lo que acostumbra a suceder en la administración pública de nuestro país cuando alguien es titular de su plaza. La verdad es que se trata de un corte de vídeo abierto a múltiples ejemplos.
Ahora y aquí, sólo he querido resaltar la forma asertiva con la que ha actuado la doctora Cuddy ante una postura intransigente, ofensiva incluso, y exenta de cualquier clase de respeto y tacto por parte de House que persigue evadir sus responsabilidades más allá de aquellos trabajos que le interesan.
Somos muchos los ejecutivos que nos enfrentamos casi a diario con personajes que, bajo nuestra dirección, están por encima de todos, incluso de la propia corporación. Tratar con ellos se acaba convirtiendo en un esfuerzo personal que va mermando nuestras propias fuerzas y que acaban pagando otros, cuando no la eficacia de nuestro propio cometido.
El líder encarnado por el personaje de la doctora Cuddy, compite con el del doctor House en las formas y en la gestión de sus respectivos equipos. Mientras House abusa de un estilo de liderazgo despótico, basado en los conocimientos, en la experiencia, en los resultados y, también, en el miedo, la directora del ficticio Hospital Universitario Princeton-Plainsboro, mantiene el equilibrio y obtiene los resultados de su cometido a través de la inteligente gestión de sus recursos humanos, aceptando a cada cual tal y como es, buscando siempre que acaben haciendo aquello que se espera de ellos. Para eso se apoya en James Wilson, su mejor aliado y único amigo del propio House.
Hubiera sido bien fácil, ante la insolencia de House, buscar alternativas como hacerle la vida imposible, cambiarlo de área, desacreditarlo o dejarlo en cualquier rincón pudriendo su autoestima. En el vídeo del ejemplo se busca algo más complejo y sibilino. Se le conculcan derechos que le impiden desarrollar toda su autoridad limitando así su ego ante los demás, lo que le obliga a enfrentarse con quién hacía sólo unas horas había pisoteado. La doctora Cuddy no hace caso de las humillaciones de su colega y subordinado y busca la mejor forma de que sea éste quien deba dirigirse a ella, se lo trae a su terreno. Una vez conseguido no entra en su juego de ofensas y gritos actuando, en cambio, de una forma absolutamente firme y asertiva. Tiene claro lo que quiere y se ha preparado a conciencia para conseguirlo. Mueve sus hilos y espera. Llegado el momento oportuno, mantiene la calma, lanza su mejor golpe y… gana, como los mejores golfistas.
Buena lección para todos aquellos que tendemos a perder la calma ante posturas maximalistas, ofensivas y prepotentes por parte de elementos válidos y brillantes de los que no nos podemos permitir el lujo de desprendernos. Ya hay muchos, demasiados, desaprovechados por mucho que me digan que no tenemos que perder el tiempo tratando de recuperarlos.
Vean el vídeo y luego hagan los comentarios que les parezcan más adecuados.
Publicado en http://www.apascual.net el 1 de Agosto de 2010